Un negocio más, un emprendedor menos

Uno de tantos restaurantes en Coruña, uno de los muchos emprendedores de A Coruña, que bien podría ser el que tienes al lado de tu trabajo, también en A Coruña, o el que está de camino a la piscina, en Vigo, en el barrio Malasaña de Madrid… cualquiera. Pero este es real, lo tengo al lado de casa. Y después de haber pasado por delante en multitud de ocasiones y pensar siempre lo mismo —lo mismo que pensarías tú—, el fin de semana pasado nos decidimos a reservar una mesa para toda la familia.

Quizá tenga algo que ver con aquella autodestructiva curiosidad inherente al ser humano, ya que la simple llamada telefónica es un puro desperdicio, pues nunca, repito, nunca, he visto he visto el restaurante lleno, ni mucho menos.

Primer error. «Soy muy bueno en lo mío, ya me buscarán»

Un restaurante más en A CoruñaNada más llegar la camarera y el cocinero nos reciben, solos, en la barra, donde siempre los había visto al pasar. Las luces y la música apagadas. De no haber sido por el gasto de la llamada telefónica me habría dado la vuelta. La camarera cierra la sesión de Facebook en un antiguo portátil de gama baja al lado de la caja registradora y el cocinero sale corriendo hacia la cocina. Se empieza a oír el ruido de arranque de la campana extractora y el horno mientras nos acomodan en la mesa central.

El diseño del local, la primera impresión, la distinción de la competencia, la decoración, la estrategia visual, distribución inteligente y eficiente de espacios, mesas, pasillos… etc. No solo inexistentes sino que a todas luces desconocidos. Ni está ni se los espera.

No es el momento ni el artículo para destacar la importancia del diseño de interiores a la hora de diferenciar tu negocio de la competencia y utilizar herramientas de interiorismo comercial para conseguir mejorar la eficiencia en las ventas, pero desde luego, antes de lanzarte a la piscina, te recomiendo que lo valores.

El trato es muy agradable, la joven bien ataviada con mandil, blusa y pantalón negro. Pelo recogido y voz suave, se interesa por la comodidad de las niñas y nos comenta la composición del menú infantil antes de dejarnos la carta.

El menú infantil no merece reseña alguna en este caso, tan solo decir que mucho mejor que un Happy Meal, faltaría más. Calidad y buena presentación, los niños son niños, no tontos.

Mi mujer se pidió un «Canelón de pollo con avellanas, queso San Simón y setas» de primero y «Merluza en salsa verde con judías y algas» de segundo. Yo opté en primera instancia por las «Fabes con mejillones«, pero no había. Odio que en un restaurante no tengan un plato de la carta y jueguen a la ruleta rusa no avisando antes de que lo pidas. En este caso, les tocó la bala, y en los postres les volvió a tocar. Finalmente pedí «Calabaza con chicharrones, queso Parmesano y angula de monte» y de segundo «Carrillera de ternera estofada con zanahorias y puerros«.

No somos muy de vinos, así que pedimos una botella de agua de litro y una copa de un buen Ribera de Duero de la bodega Emilio Moro. Finca Resalso, un tinto joven.

Como decía, en el postre volví a encontrar la aguja en el pajar, después de pedirlo resulta que no había «Toffée, manzana y yogurt de cereales«. Cambiamos, pedimos un «Sorbete de naranja sanguina, pistachos, frambuesas, requesón y polen» y un «Mojito de pasión, chocolate y plátano». 

No me gusta compartir fotografías de comida porque dependiendo del momento en que se ven pueden resultar hasta desagradables, no obstante cuando algo me gusta —y es el caso—, me cuesta resistir la tentación de compartirlo.

A continuación os muestro las imágenes de los platos y los postres. Me llama poderosamente la atención el contraste entre y la cuidada estética de presentación de los platos y la poca o nula atención prestada al diseño del restaurante

Uno de tantos restaurantes en A Coruña. Primero, segundo y postre.

Segundo error. La Calidad ya no te diferencia de nadie

Después del tono que ha adquirido este post ciertamente triste y recriminatorio he de decir que la comida y el trato fueron exquisitos, de diez, la presentación de los platos ya habéis visto que bastante buena, y el lugar no podía ser más tranquilo, solos y de fondo el concierto que ofreció Mike Oldfield con Luar na Lubre en Santa Cristina (A Coruña) en el 99, «pinchado» desde Youtube en el portátil que de vez en cuando todavía cargaba Facebook. 

A pesar de ello es muy probable que tú, que vives en Coruña, incluso pudieras deambular por la misma calle en la que se encuentra el susodicho restaurante, y ni siquiera repararías en su existencia, y en caso de detectarlo, el comentario sería el mismo que yo hice la primera vez: ¿y esto que hace aquí? 

Y es que la calidad ya no te diferencia de nadie, se presupone, y tendrás que demostrarla, pero ya no es un reclamo. Y el tan cacareado boca-oreja, no suele llegar a tiempo.

Evidentemente, yo voy a hablar bien de este pequeño restaurante coruñés a todo aquel que me pregunte, o cada vez que surja la ocasión, de hecho ya lo estoy haciendo aquí mismo. Pero, o mucho me equivoco o me temo que cuando alguno de mis amigos decida seguir mi recomendación se encontrará con la puerta cerrada. A pesar del insistente ahorro en luz, los gastos, la tristeza y la incertidumbre lo deborarán antes de que el boca-oreja pueda hacer el más mínimo efecto.

La solución la tiene Julio Iglesias

«Para triunfar has de tener talento y mil cosas más. Y son las mil cosas más las que harán que triunfes», le espetó Julio Iglesias a Bertín Osborne en un festival de música al que este último se presentaba en sus inicios. Esto no solo es una verdad universal en el mundo de los negocios, sino que cada vez la balanza se inclina con mayor ahínco hacia las «mil cosas más», presuponiendo, claro está, el talento y la calidad.

No basta con ofrecer calidad. Si te voy a comprar ya te exigiré calidad, no tengas duda. Y si no me entregas calidad lo gritaré a los cuatro vientos, mejor dicho, lo gritaré en las redes sociales y no te volveré a comprar, ni yo ni ninguno de mis 500 amigos, y entonces estarás muerto.

Pero antes he de comprarte por primera vez, y en un mundo tan competitivo como el actual ¿cómo puedes ser tan ingenuo para pensar que voy a entrar en tu restaurante con la luz apagada? ¿Cómo puedes pensar en vender sin diferenciarte de tu competencia? ¿Como piensas que te van a encontrar tus clientes si abres tu negocio en la calle más lúgubre de la ciudad y ni siquiera te preocupas de que te conozcan? ¿Por qué iba yo a entrar en un restaurante exactamente igual, o más cutre, que el que lleva abierto 10 años a 50 metros del tuyo? 

Invierte en tu negocio, no gastes, invierte, o sin quererlo estarás invirtiendo en la competencia. Te hará falta formación específica y empresarial, pero además en el mundo actual deberás ser el más estético, el más bonito. Hoy en día hasta los Volvo se han vuelto bonitos. 

Necesitarás una estrategia de negocio, no solo tendrás que ser bueno en algo, o el mejor, sino que tendrás que encontrarme y decírmelo, y a poder ser de forma original y que yo no piense que me estás vendiendo algo. 

Utiliza el diseño interior. No te imaginas lo que un buen diseño de interiores puede hacer por tu negocio. Es el arma más económica y eficiente que tenemos para diferenciarnos de nuestra competencia y optimizar las ventas.

[box]Lectura recomendada: Diseño de restaurantes. Manual básico de interiorismo para restaurantes[/box]

A/A de Uno de tantos restaurantes en Coruña: espero de verdad que leas esto y valores reorientar tu estrategia comercial. Es una verdadera pena que ese talento culinario se desperdicie. Y si no llegamos a tiempo, ojalá este relato sea útil para el siguiente… emprendedor.

Quizá lo más preocupante de estas situaciones sea pensar en cómo saldrá este emprendedor de este negocio. ¿Le quedarán ganas de emprender? ¿Habrá aprendido la lección para la siguiente oportunidad? ¿O no habrá siguiente?

Aprendamos juntos de errores como este…

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Espero verte de nuevo por aquí. Gracias por leerme. Y recuerda, si te ha gustado esta entrada, ¡Compártela!

Actualización 10/04/2014: este restaurante cerró sus puertas un año después de la publicación de este artículo. Se trasladó a otro local intentando enmendar su evidente error. Desconozco tanto su funcionamiento como su estrategia y estado actual. 

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18 comentarios en «Un negocio más, un emprendedor menos»

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