Tienes al «enemigo» en casa. Aprovéchalo

Tienes al “enemigo” en casa. No se si te has dado cuenta, pero un alto porcentaje de la gente que te sigue en Twitter, Facebook, Google+ y compañía, son tu competencia.

Muchos de ellos entran en tu timeline como elefante en cacharrería dando los buenos días a tus followers incluso cuando duermen. Ilusos, pretenden robártelos.

Otros son más sigilosos. Observan, callan y copian sin sentido. Y algunos, sólo unos pocos, observan, interaccionan, comparten, aportan y crean valor.

La diferencia entre el mensaje a la competencia y el de los clientes estriba en la pretenciosidad.

Algunos expertos gurús del Social Media recomiendan esta y similares técnicas para maximizar las carteras de fans, seguidores y otras hierbas. Y nosotros, como fieles borregos que prefieren comer borraja de mano ajena a invertir tiempo en buscar caviar y aprender en la propia búsqueda; comemos y nos envenenamos inconscientemente.

Si estás entre los autónomos o gerentes de micropymes que -todavía- no ha tirado la toalla ante la dificultad de conseguir un masa aceptable de audiencia, o el más difícil todavía, ante la dificultad de conseguir engagement con tu audiencia; te voy «desvelar» la razón de tan magno impedimento: eso te pasa ser hostelero.

A los músicos y actores no les ocurre, lo tienen más fácil. Y a los de Apple y Amazón tampoco. ¿Sabes por qué? Porque se dedican a actividades que gustan al gran público. Y normalmente ese gran público viene a las redes sociales a conseguir información o a divertirse.

El que viene a divertirse, difícilmente se parará a observar el precio de tus nuevos zapatos, tu nuevo proyecto de interiorismo, o el proceso de lavado interior de coches que ofreces a tus clientes en el taller. Sin embargo la competencia ahí la tendrás, pegada a tus posts.

Hasta aquí los hechos. Observa atentamente tus followers y lo constatarás fácilmente.

¿Asumido pues? Bien, me alegra oír esa resignada afirmación. Es mejor que una irreal negativa. Vamos pues a sacarle partido.

El mensaje de la competencia

¿Qué harías si tuvieras a toda tu competencia en un auditorio delante de tus narices? ¿La ignorarías y saldrías de la sala corriendo? Pues eso es exactamente lo que hace la mayoría cuando lo detectan. Otros buscan ayuda externa o la cagan intentando espantarlos. Y los más inteligentes le trasladan su mensaje, el mensaje de la competencia.

En muchas ocasiones el mensaje de la competencia coincide con el mensaje a tus clientes. Si aporta valor a tus clientes suele aportarlo a los suyos, le interesará. Sólo una sutil línea los separa, la pretenciosidad.

Sin consigues construir un mensaje que aporte valor a tus clientes sin ser, o parecer, pretencioso, también le interesará a tu competencia, es decir, a tu audiencia.

¿Qué ocurre si la competencia corre tras tus pasos? Primero, si tienes a muchos competidores tras tus pasos, sigue adelante, te habrán confirmado que estás en el camino correcto. Si no es así, desconfía, mantente a alerta porque puede ocurrir lo mejor o lo peor, que acabes de descubrir la cueva de Alí Babá o que estés ante las puertas del infierno.

Si te encuentras en el primer caso -tu audiencia/competencia sigue tus pasos- construye un mensaje no pretencioso y aprovecha la viralidad de la imitación.

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Imagen bajo licencia CC de Christi Nielsen en Flickr

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