1984. Apple Macintosh. El mejor anuncio publicitario de la historia

"1984". Anuncio publicitario Apple Macintosh. Publicidad.¿Quien dijo que Apple no hacía publicidad? Por decisión personal de Steve Jobs, un incipiente Ridley Scott (Blade Runner, Gladiator) rodó en Londres el «millonario» spot «1984», que para muchos es el mejor anuncio publicitario de la historia.

Corría el año 1984. Año en el que el equipo de Steve Jobs lanzaría su deseado Macintosh. Unos meses antes Jobs ya había empezado a preparar la explosiva presentación, lo que da cuenta de la importancia que daba a este tipo de actos.

Encargó un anuncio de televisión que resultara tan revolucionario y sorprendente como el producto que habían creado. «Quiero algo que haga que la gente se detenga en seco. Quiero que resuene como un trueno.»

La agencia publicitaria en la que recayó el encargo fue Chiat/Day; su director creativo era por aquel entonces: Lee Clow, que a la postre acabó forjando una relación de amistad con Steve.

Clow y su gente habían estado sopesando utilizar como hilo narrativo la novela de George Orwell «1984». Un posible título -propusieron a Jobs- «por qué 1984 no será como 1984«. A Steve le encantó. Así que prepararon un guión gráfico para un anuncio publicitario de 60 segundos que debía parecer una escena de una película de ciencia ficción.

En ella se presentaba a una joven rebelde que huía de la policía del pensamiento orwelliano y que arrojaba un martillo contra una pantalla donde se mostraba al Gran Hermano mientras este pronunciaba un alienante discurso.

El concepto captaba el espíritu rebelde y rupturista de la época. Con la aparición del ordenador personal, muchos jóvenes lo habían visto como un instrumento al servicio de los gobiernos orwellianos y las grandes corporaciones que podría socavar la libertad de la gente. Sin embargo hacia el final de la década de los 70 también se empezaban a ver como herramientas para lograr una realización personal.

El anuncio intentaba captar esta última esencia presentando el Macintosh como un guerrero que defendía esta última causa: una compañía joven, rebelde y heroica que era lo único que se interponían entre la gran empresa malvada y su plan para dominar el mundo y controlar la mente de los ciudadanos.

Evidentemente, Jobs se veía reflejado en el anuncio, aunque por aquella época ya había abandonado muchos de los valores piratas de juventud. Se sentía totalmente identificado y creía que todo su equipo de creación del Macintosh lo haría también. Se encontraba especialmente ilusionado y confiaba en que aquel anuncio publicitario conformaría la nota musical perfecta para culminar la obra que cambiaría el mundo.

La decepción que sufrió cuando el equipo directivo de Apple desestimó el anuncio fue tremenda y anticipó el desastre que se cernía sobre la compañía. 

«1984» fue una forma de reafirmar ante sí mismo y ante el mundo la imagen que deseaba aparentar, la de su juventud. Por eso contrató como director del anuncio a un Ridley Scott triunfante que acababa de estrenar Blade Runner, una película futurista que encajaba con el espíritu ciberpunk de la época. La misión era identificar Apple con aquella corriente rebelde, pirata y futurista de gente que pensaba diferente. 

John Sculley, director ejecutivo de Apple por aquel entonces y seleccionado para el puesto por el propio Jobs, se mostró escéptico en un primer momento cuando vio el guión del anuncio. Pero Jobs, como de costumbre, insistió y venció. Logró que se aceptara un presupuesto record para el anuncio: 750.000 dólares sólo para la filmación

Ridley Scott rodó «1984» en Londres con decenas de cabezas rapadas reales. En el papel de heroína eligieron a una lanzadora de disco profesional. 

Con un escenario frío e industrial dominado por tonos grises metalizados, Scott evocaba el ambiente distópico de Blade Runner. En el momento exacto en que el Gran Hermano anuncia «¡venceremos!», el mazo hace añicos la pantalla, que se evapora entre un estallido de humo y luces.

Cuando Jobs enseñó entusiasmado el anuncio al consejo de administración en diciembre de 1983, la sala de juntas enmudeció. Después de unos interminables segundos de silencio, el presidente de la compañía, Mike Markkula preguntó: ¿Quién quiere que busquemos una nueva agencia? 

Pidieron a la agencia Chiat/Day que vendiera los dos espacios publicitarios que ya habían comprado en la final de la Super Bowl; uno de 60 segundos y otro de 30. Jobs estaba fuera de si. Llamó a Stephen Wozniak y le dijo: “Ven a ver esto”. Recordemos que Wozniak había cofundado Apple junto a Jobs y en aquel momento sus aportaciones en la empresa eran intermitentes. 

Woz recuerda que le pareció la cosa más increíble que había visto nunca. Cuando Jobs le contó que el consejo había decidido no emitirlo le preguntó:

– ¿Cuanto cuesta emitir el anuncio?

– 800.000 dólares -respondió Jobs.

Yo pongo la mitad si tu pones la otra mitad – le respondió Woz con la sincera bondad que le caracterizaba.

Al final no fue necesario, la agencia vendió el espacio de 30 segundos y en un acto de desafío conjunto decidieron emitir el anuncio de 60 segundos en la final de la decimoctava Super Bowl. Fue visto por más de 96 millones de personas.

Fue todo un fenómeno, esa noche las principales cadenas de televisión y radio no dejaban de hablar del anuncio. TV Guide y Advertising Age lo eligieron como el mejor anuncio publicitario de todos los tiempos.

Una vez más, la insistencia y rebeldía de Jobs, su habilidad para conducir al mundo entero en pos de sus propios intereses, su genialidad y capacidad para encontrar a los mejores colaboradores en cada momento; dieron con la fórmula publicitaria perfecta.

Quizá sin quererlo, había creado un sistema publicitario ajeno a Apple, basado en una expectación descomunal gestada por una rupturista carga de valores generada de forma grupal por usuarios, empleados y prensa. 

Después de aquel anuncio y de tensas jornadas maratonianas de trabajo de todo su equipo, el Macintosh estuvo listo para su presentación ante los accionistas de Apple el 24 de enero de 1984 en lo que se conoce como la primera gran presentación de Steve Jobs, que llegó al auditorio Flint ataviado inusualmente con una chaqueta azul de traspaso, camisa blanca y pajarita verde. 

El Apple Macintosh mostró sus mejores galas e incluso se presentó solo con una voz metálica programada a contrareloj tan sólo unos días antes. Aquello provocó la locura entre el público asistente y la ovación fue atronadora.

Después de la espectativa creada, “aquello fue el caos más absoluto, con la gente entre el público dando saltos y agitando los puños en un frenesí entusiasta”. Aquel día, un periodista le preeguntó a Jobs qué tipo de investigación de mercados había llevado a cabo. A lo cual Jobs respondió burlón: “¿Acaso Alexander Graham Bell realizó un estudio de mercado antes de inventar el teléfono?”

Aquí tienes la presentación del Apple Macintosh. 24 de enero de 1984:

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 Este artículo contiene estractos del libro Steve Jobs de Walter Isaacson. Imagen: Wikipedia.

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21 comentarios en «1984. Apple Macintosh. El mejor anuncio publicitario de la historia»

  1. Pingback: Bitacoras.com
  2. Deberias mencionar en alguna parte que es una extracción del libro biográfico de Steve Jobs! por que de lo contrario parece de tu autoría.

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    • Gracias por dejar tu comentario Camilo.
      No es una extracción completa del libro de Walter Isaacson, pero si contiene muchos extractos del mismo, y así se menciona al final del artículo.
      Un saludo.

      Responder
  3. Hola es la segunda vez que entro esta website y me he decido a
    comentar. Me gusta este blog. Que ¿temautiliza?
    me gustaria poder usarlo para mi sitio pero no lo encuentros.

    ¿Es algún CMS como Joomla ?

    Si no molesta, no encuentro ningún marcador social como Facebook creo
    que deberiais tener alguno. Yo recomiendo Digg dado que es muy facil de utilizar

    Responder

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