‘Auto-‘, la virtud que un empresario puede aprender del running

Auto-. Elemento compositivo. Significa ‘propio’ o ‘por uno mismo’. Así define esta pre-palabra la RAE, cuya compañía encierra una sabiduría, pienso yo, de gran valor en la vida, no solo para el empresario. Una filosofía que el running te graba a fuego en la cara, el pecho y las piernas, en cuanto pretendes ocupar un lugar que no es el que te pertenece.

Correr está tan de moda que bien podríamos cometer el error de meter a los runners populares en el mismo saco de la indiferencia intelectual que  a los fashion victims o a los defensores del botellón, o incluso a este blog, dado que en mayor o menor medida, en mayor o menor estado de madurez, he abrigado cada una de ellas. Pero por favor, no caigamos en la trampa, detrás de cada movimiento, sea el que sea, hay alguna lección esperando a ser leída.

Homenaje a Manuel Rosales en la 1ª Pedestre Illa de Ons
Homenaje a Manuel Rosales en la 1ª Pedestre Illa de Ons. Imagen del Faro de Vigo.

Corriendo, y sufriendo, piensas, y eso nunca puede ser malo. Este fin de semana he corrido la primera edición de la Pedestre Illa de Ons. Como bien refleja el titular del artículo enlazado, «bajo un sol de justicia» he finalizado los 19 km de la prueba, que no corrido, en lo que hasta ahora es, quizá, la ruta más dura que he corrido nunca.

Junto a mi y otros 300 corredores se encontraba un chaval de 79 años llamado Manuel Rosales, al que la organización rindió un más que merecido homenaje. Rosales, además de completar sobradamente el exigente recorrido, me enseñó —más bien ratificó— un par de autos- que me gustaría puntualizar.

Autoconocimiento y autoaprendizaje, dos claves para una vida plena que puedes aprender corriendo y te ayudarán en los negocios

Autoaprendizaje

No conozco a nadie tan inteligente como para aprender de los errores de los demás. Muy pocos escarmentamos en cabeza ajena y acabamos cayendo en los mismos errores que la sociedad ha venido sufriendo a lo largo de la historia. Véanse sino las similitudes existentes entre la burbuja inmobiliaria y la burbuja de los tulipanes (S. XVII).

Es por tanto imprescindible cometer nuestros errores cuanto antes. Acometer nuestros propios proyectos sin miedo a equivocarnos, midiendo y controlando riesgos en la medida de lo posible, pero sin miedo, sin apego al resultado, experimentando y aprendiendo del camino. Decía Michael Jordan que nunca habría logrado tantas canastas y tantos títulos si hubiera pensado en el resultado. «Pensar en el resultado me aleja del trabajo diario, me distrae». Es infinita la cantidad de auto-lecciones que puedes obtener trabajando, esforzándote por un objetivo. Correr es un fantástico vehículo para aprender los secretos del auntoaprendizaje, valgan todas las redundancias. Lo que no autoaprendes en una carrera lo autoaprendes en la siguiente o estás muerto. Curiosamente algo similar ocurre en el mundo de los negocios. Pero no te engañes, abraza ese espíritu crítico de autoaprendizaje, no admitas todo lo que ves pues en ese caso sabrás lo mismo que todos, y eso carece de valor. Si el Sr. Rosales hubiera admitido las leyes de la naturaleza, o las recomendaciones de los médicos habría dejado de correr hace tiempo. Sin embargo, con 79 años, sigue corriendo dos maratones al año, 15-20 km diarios, o 19 km tan duros como los de ayer con subidas y bajadas de infarto bajo un sol abrasador… y sobre todo, sigue autoaprendiendo en cada instante la fórmula para seguir ganando terreno a lo desconocido.

Autoconocimiento

Correr es un proceso continuo y cíclico de encuentro que siempre finaliza en el mismísimo centro de algún órgano vital o extremidad capital.. Corazón, cerebro, pulmones, piernas… Te acabas encontrando y conociendo mejor después de 42,195 km corriendo que a lo largo de toda una vida.

Estoy convencido de que el autoconocimiento es lo que permite a Manuel Rosales seguir corriendo maratones con 79 años. Creo que ayer llegué unos 5 minutos antes que él. Poca diferencia. Pero en lo que sí nos diferenciábamos, aparte de la edad, era en el estado físico y mental al finalizar. Mientras yo estaba literalmente agotado, muerto, al límite de mis fuerzas y sin un aliento más que soltar, él llegó entero. Daba la impresión de que paraba porque se le acababa la isla. El autoconocimiento ayuda a Manuel a salvar todos los escollos de una carrera y de una vida que, entiendo, ha sido difícil por los acontecimientos que le tocó vivir.

Autoconocerte te permite afinar las posibilidades reales con las que cuentas, y por tanto te ayuda a decidir mejor. De nada sirve apretar en la primera cuesta, a los 6 km, cuando te quedan cinco paredes más de ese tipo y tus fuerzas no aguantarán ni la mitad del recorrido. Mientras, Rosales es capaz de anticipar hasta el momento donde soltará su última gota de sudor. Porque se conoce a la perfección, porque sabe cómo y cuanto puede dar des sí su cuerpo y su mente.

El éxito llegará cuando tenga que llegar

Hay una gran cantidad de negocios que fracasan por intentar adelantar la hora del éxito. Y esto no deja de ser un problema de autoconocimiento.  Hemos de conocer las posibilidades reales con las que contamos y exprimirlas al máximo, pero no debemos intentar lograr a destiempo los objetivos que han de esperar. La carrera siempre te pone en tu sitio, la vida y los negocios también.

Cuenta el publicista Lluis Bassat en su Libro rojo de la publicidad, que cuando empezaba, intentó que uno de sus primeros clientes fuera una gran multinacional cuyo representante era un amigo de la familia. Haciendo uso de la cercanía y amistad aprovechó la tesitura para ofrecerle algunas ideas. La historia y las palabras no las recuerdo muy bien, pero la moraleja concluía algo similar a esto. «No. No ahora. Haz tu trabajo, haz tu currículo y vuelve cuando seas el dueño de la mejor agencia publicitaria del mundo». Bassat no supo ver que aquel no era su momento pero la vida, el talento y el trabajo acabó otorgándole una segunda oportunidad que otros muchos nunca tendrán. Llegado el momento no la desaprovechó.

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Ayer, la primera rampa de la carrera no era mi momento, no era momento de apretar. Lo sabía desde hace meses, desde el mismo momento en que me inscribí en la carrera y vi el perfil. Lo sabía porque creo que me voy conociendo poco a poco y, en parte, gracias a este deporte. Creo que sé a dónde llego, a dónde no, cuando debo intentarlo y cuando no tengo ni que asomarme. Otros murieron allí mismo, nada más comenzar, en el kilómetro 6. Sin embargo el Sr. Rosales pasó sin problema alguno aquel escollo, aquella cuesta y las cinco más que vendrían.

Autoconocimiento y autoaprendizaje son dos conceptos casi fundidos, siempre van de la mano. Como un padre y un hijo, o una borrachera y su resaca. Creo que hemos de saber entender su leyes y forzar su aparición cuanto antes. ¿Cómo? Viviendo intensamente nuestras propias vidas.

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