Emprendedores sin red

Emprendedores sin redLa diferencia entre un emprendedor y alguien que no lo es radica en su actitud ante la vida, principalmente ante la adversidad. No hay nada en este mundo que merezca la pena y se consiga sin sufrimiento.

Hace unos días, desde Objetivo Emprende, el suplemento de emprendedores de La Voz de Galicia patrocinado por la Consellería de Economía e Industria, me brindaron la oportunidad de escribir un artículo sobre el mundo de los ahora llamados emprendedores.

El artículo formaría parte de la sección «El Análisis», dedicada, como su nombre indica, al estudio u observación de la actualidad empresarial y/o emprendedora. Dado que se trataba de la última publicación del año me pidieron algo más inspirador. Una especie de síntesis o acercamiento a lo que supone emprender —o sea, iniciar un proyecto del tipo que sea— hoy en día.

El suplemento solo se publica en formato papel, salió el 27 de diciembre, se titulaba «Emprendedores sin red», y os lo transcribo literalmente a continuación.

[box]Empendedores sin red. Orlando Cotado. Marketing y Comunicación en Iván Cotado Diseño de Interiores


 ¿Dónde radica la esencia del emprendedor? No lo sé. Pero creo saber dónde encontrarla.

Hace muchos años un funambulista deambulaba en motocicleta por un cable metálico suspendido a unos 30 o 40 metros de altura. Quizá exagere, pero lo que sí es cierto es que un extremo del cable pendía de lo más alto de la torre de la iglesia del pueblo, y el otro extremo de un edificio situado a mi espalda. Entre el cable y el asfalto… nada.

Aquello estaba muy alto y muy alejado de mi infantil realidad para entenderlo.

Algo falló.

El acróbata desapareció de mi vista y mientras el gentío gritaba, corría y lloraba, mi madre dio media vuelta y me llevó a casa como si el espectáculo hubiera finalizado. Sin más. Luego me dijo que el equilibrista tan solo se había roto las piernas… y me lo creí.

Hace poco más de un año me propuse encontrar la esencia del emprendedor, ese bonito y adictivo concepto que algunos están despojando de todo encanto con promesas vacías y falsos cantos de sirena.

Tenía claro que la diferencia entre un emprendedor y alguien que no lo era radicaba en la actitud ante la vida, principalmente la actitud ante la adversidad. No hay nada en este mundo que merezca la pena y se consiga sin sufrimiento, y cuando las dificultades aparecen la actitud marca el camino, y el desenlace.

Para comprobarlo busqué un reto, y me puse a correr. Algo que por aquel entonces me parecía tremendamente aburrido. Casi por casualidad empecé a leer sobre la maratón, una carrera mítica de 42,195 Km. con una bonita leyenda de heroicidades y esfuerzos sobrehumanos que, para mí, poblaban un terreno vacío entre lo estúpido y lo inalcanzable.

Me propuse correr y acabar la Maratón de Berlín, una de las 6 World Marathon Majors. Quería comprobar mi actitud ante «el muro», mis sentimientos en un terreno desconocido, adverso y a todas luces imposible de conquistar para alguien que nunca había pasado de los 2 o 3 Km.

Y sufrí. Sufrí como nunca. Pero también disfruté. Disfruté como nunca. Y acabé. Y descubrí que un emprendedor goza enfrentando grandes dificultades. Un emprendedor se siente cómodo persiguiendo objetivos ambiciosos porque sabe que es el único camino hacia el éxito. Por eso busca retos continuamente, porque el camino escarpado es su modus vivendi. La incertidumbre nos da aire, la agenda nos encorseta, las garantías nos aburren. Solo sabemos vivir sin red. En ese vacío se encuentra nuestra esencia.

Después de acabar en Berlín me han propuesto correr maratones en Roma, París, Praga… y probablemente corra alguna de ellas, realmente correr engancha. Pero ahora las sensaciones son otras. Ya tengo mi red para las maratones. Necesito algo más.

Una vez sales de tu zona de confort, te encuentras con tu nueva zona de confort y tienes que volver a liberarte buscando incertidumbre, buscando tu esencia. Si te encuentras cómodo en una determinada situación es que no estás avanzando. Un emprendedor busca sistemáticamente esa molestia, ese terreno desconocido. Sabe que sentirse a gusto durante largo tiempo es una dulce trampa.

Por eso el acróbata se sube a la cuerda floja sin red. Busca su esencia. Se siente cómodo en el alambre. Adora los aplausos, el sudor frío, el no saber dónde amanecerá al día siguiente porque ni siquiera sabe si conseguirá llegar al otro lado del cable. Y eso le apasiona.

Por eso el emprendedor lo es, solo si es emprendedor sin red.[/box]

Por cierto, la historia del funambulista es real. Nunca supe si solo se rompió las piernas o las consecuencias fueron más graves.

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Imagen del post: nelson campos ros vía Compfight cc

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4 comentarios en «Emprendedores sin red»

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