Si tienes miedo al nicho… que sea al de boca cuadrada, alargado, oscuro y frío. El otro nicho, el que tiene que ver con tu negocio, será bueno para ti.
En un mundo globalizado, en el que puedes vender tu producto desde un pueblecito gallego en lugares como Nueva York, Pekín o Berlín, parece una incongruencia centrarse en un nicho más o menos reducido. Pero precisamente la globalización eleva la oferta al infinito y genera tanto ruido que la comunicación generalista con el consumidor se torna imposible —te recomiendo ver definición de ruido a este respecto.
Solo tu target más específico te prestará atención, y ahí la globalización se convierte en tu aliada. No busques grandes problemas, detecta pequeñas anomalías y la comunicación global las hará suficientes para ti.
Por suerte tengo dos pies de tamaño similar. Pero un 10% de la población de EEUU los tiene bastante diferentes, y se ven obligados a comprar dos pares de zapatos cada vez que necesitan uno. Sigo… Hay pocos amputados en mi pueblo, a pesar de que uno solo ya sería mucho, pero hay muchos amputados en el mundo que necesitan comprar un solo zapato. ¡¡No dos!!
Y sin embargo, a muchos kilómetros de distancia, a mi me han llamado la atención iniciativas como Mi Zapato Izquierdo – My Left Shoe, un servicio creado por un amputado que harto de llenar su armario de zapatos izquierdos sin usar decide venderlos para financiar sus zapatos derechos. O esta otra plataforma sin ánimo de lucro llamada Odd Shoe Finder, cuyo propósito es poner en contacto a gente con necesidad de zapatos impares de diferentes tamaños o únicos.
No tengas miedo al nicho, a ninguno 😉
Larga vida al nicho.
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