A Coruña 10, primera parada de #Emprendoelreto

Este post es especial por muchas razones pero como no tengo claro que sea apropiado para el blog, voy a intentar no ser muy pesado y sintetizar de forma breve las conclusiones que pudieran ser útiles para un emprendedor.

Como algunos ya sabéis hace algunas fechas comenzaba #Emprendoelreto. Un proceso de búsqueda de la esencia del carácter emprendedor por los espinados caminos del sufrimiento y la superación personal. Un reto que en mi caso supone correr una maratón en el plazo de un año pero que para ti puede ser cualquier otro, pues el objetivo no está en la recompensa sino la recompensa en el camino.

A Coruña 10, primera parada de #Emprendoelreto. Lecciones de una carrera para un emprendedor

Si hace aproximadamente un par de meses comenzaba a entrenar, este domingo tenía mi primera carrera popular, A Coruña 10. Un trayecto casi plano de 10.000 metros por el precioso paseo marítimo de A Coruña.

Ya había corrido 10 km entrenando más de una vez, por tanto tenía más o menos claro que llegaría. Pero las sensaciones que viví fueron increíbles e inesperadas. Si todavía no has participado en una carrera popular de este tipo… te lo recomiendo encarecidamente.

Os cuento un poco cómo fue la carrera y finalizo el post con las primeras lecciones que me dejó A Coruña 10, mi primera parada de #Emprendoelreto.

Como ya he comentado, había hecho más de 10 km corriendo en más de una ocasión, es decir, estaba bastante crecidito. Incluso recuerdo haber comentado que intentaría bajar mis tiempos. Disparo de inicio y salí con el pelotón, bueno, más bien fui adelantando gente, iba sobrao.

Llega el primer repecho y tampoco es para tanto, seguimos adelantando gente. Mi compañero de fatigas, más curtido en estas lides, estaba resfriado y eso alimentaba todavía más mi auto-seguridad.

La aplicación del iPhone que me acompaña no dejaba de repetirme «está usted por encima del intervalo, disminuya su velocidad», pero yo a lo mío -qué sabrá esta-. Adelantando gente y gente. A muchos de ellos volvería a verles la espalda.

Llegada la mitad del recorrido la cabeza empezó a darme vueltas. El corazón latía con fuerza y la mente dudaba avergonzada de antemano. ¿Cómo no iba a poder acabar 10 km si los he corrido multitud de veces? Diversas sensaciones de ridículo y excusa empiezan a pedir paso.

Mi compañero empezaba a dejarse ir para esperarme y mis dudas eran tristemente cada vez más certeras. Me estaba quedando sin fuerzas y quedaba más de un tercio del recorrido. El ritmo absoluto no era malo pero empeoraba a pasos agigantados, por no mencionar que empezaba a reconocer los dorsales que había adelantado minutos antes.

A tres kilómetros de meta, justo cuando había planeado darlo todo, ya no podía más. Por mi cabeza pasaban ideas justificativas del tipo «no tengo necesidad de sufrir tanto», «puedo abandonar, no pasa nada, otros lo han hecho», «ya lo volveré a intentar en otra ocasión», «sólo es una carrera», «esto no tiene nada que ver con la vida real»… Pero algo me decía que estaba allí para aquello, que aquella prueba era lo que había estado buscando.

Me acordé de Gabriela Andersen. En aquel momento me di cuenta de que el sufrimiento estaba allí, aquel era el camino que había estado buscando, no podía abandonarlo. Y allí estaba también Luis, un amigo, para tirar de mi y ayudarme.

Finalmente llegamos, juntos, yo desfondado completamente como nunca me había encontrado, pero satisfecho como pocas veces me había sentido. El tiempo final no fue malo para ser la primera vez, 49:10 real y 50:19 oficial. Puesto 1094 de más de 2.700 participantes de los cuales acabaron 2.080. No está mal para mi primera carrera, aunque las lecciones, como casi siempre, estaban en el camino, no en la llegada.

Lecciones de una carrera para un emprendedor

1) Formación y experiencia. Algo tan simple como no llevarte una bolsa de basura a la carrera o ropa de abrigo en una mochila puede suponer un buen resfriado y no acabar la prueba. Esto te lo da la experiencia. Yo no llevé ninguna de las dos cosas.

Si vas a emprender necesitarás lo mismo. Formación, formación, formación. Complementada con la ayuda y experiencia de profesionales adecuados.

2) Confianza, que no inconsciencia. Una cosa es estar confiado a la hora de afrontar un reto y otra ser un inconsciente, que es lo que me sucedió a mi el domingo. La confianza y seguridad son imprescindibles, pero has de combatir la inconsciencia con formación e información.

3) Amistad y equipo. Son similares pero no iguales, aunque ambas necesarias. Estoy seguro de que no habría cruzado la meta de no ser por la ayuda de Luis, y lo que es peor, me habría perdido tres lecciones, una sobre el valor de la amistad, otra sobre la labor conjunta de un equipo en pro de la consecución de unos objetivos y otra sobre sufrimiento y superación.

Mención a parte merece el descubrimiento de la liebre como animal de tracción. Todavía me cuesta entender cómo se puede tirar sin tirar, empujar sin tocar, animar sin hablar, aupar sin levantar… en fin, hay que sufrirlo para creerlo.

4) Aprender a sufrir. Entendemos sufrir como un verbo pasivo y eso nos hace débiles. Esta es la mayor lección que me llevo de mi primera carrera. Tenemos que aprender a sufrir, buscar el sufrimiento para entrenar el instinto de superación personal. Tenemos muy desarrollado el instinto de supervivencia y sin embargo nuestro instinto de superación personal se encuentra atrofiado. El sufrimiento ayuda a despertarlo.

Creía que había sufrido en mis entrenamientos, pero aquello no era sufrimiento. Si el deporte comienza cuando estás fundido físicamente, el sufrimiento se descubre cuando das un paso más al borde del desfallecimiento. Hemos de aprender a sufrir y superar nuestros propios límites para encontrar la verdadera satisfacción. Soy consciente de que este domingo superé los míos, pero ahora tengo otros, y lo volveré a intentar.

Huelga decir que la satisfacción personal una vez recuperado del esfuerzo no se paga con dinero. A todos los que estáis entrenando cualquier clase de reto, ¡ánimo!, estamos en el buen camino. Y a los que no, no sabéis lo que os perdéis.

Permitidme una licencia para terminar. Os decía al principio que este post era especial por muchas razones. Es especial porque supone la constatación de que #Emprendoelreto va en serio y no hay quien lo pare. Es especial porque en los grandes retos se descubren grandes almas, y yo lo he hecho nada más empezar. Es especial porque es un día especial para alguien a quien quiero un montón, ¡felicidades! Y es especial porque ella era muy especial.

Imagen: Federación Galega de Atletismo.

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8 comentarios en «A Coruña 10, primera parada de #Emprendoelreto»

  1. Pingback: Bitacoras.com
  2. Enhorabuena por tu primer «finisher». La primera es especial. Pero tendrás muchos más finales y cada uno tendrá algo de especial.

    Un abrazo

    Responder
  3. Bueno, lo primero felicidades, se lo que es hacer una popular, en mi primera hubo tramos en los que lloré de emoción, Amén de la entrada en meta, Qué sensaciones!!

    Tu empezaste «sobrao» yo siempre empiezo con dudas, eso me viene bien por que veo que la distancia cada vez es menor.

    Lo dicho Felicidades

    Responder

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